EUROPA
PRESS
16 noviembre
2018
La
inmunidad conecta las bacterias intestinales y el envejecimiento
No hay duda de que las bacterias
intestinales se han convertido en uno de los enfoques más importantes de la
investigación biológica y médica actual. A lo largo de los años, hemos
aprendido que las diferentes poblaciones de bacterias que habitan en el
intestino a menudo pueden tener efectos significativos en diversas funciones
del cuerpo, incluido el sistema inmunológico.
Hay diferentes poblaciones de bacterias intestinales, a
veces se llaman "comensales", y existen en prácticamente todos los
animales, viviendo bajo un cierto equilibrio funcional. Cuando se interrumpe
este equilibrio, por ejemplo, debido a una enfermedad o medicación, esto da lugar
a una situación conocida como "disbiosis
comensal", que se asocia con una serie de patologías e incluso una
disminución de la esperanza de vida. A pesar de este conocimiento, se conoce
poco sobre cómo exactamente afectan las bacterias intestinales a la salud
general y viceversa.
Ahora, Igor Iatsenko, científico
del laboratorio de Bruno Lemaitre en el Instituto Global de Salud de la Escuela
Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, ha descubierto un mecanismo
por el cual los problemas del sistema inmunológico pueden causar disbiosis comensal que a su vez promueve patologías
relacionadas con la edad.
El equipo utilizó la mosca de la fruta 'Drosophila
melanogaster', que a menudo se utiliza para estudiar
la biología de las bacterias intestinales. Debido a que querían explorar la
interacción entre las bacterias intestinales y el sistema inmunológico, se
centraron en una proteína receptora llamada "proteína SD de reconocimiento
de peptidoglicano" (PGRP-SD). Esta proteína
pertenece a una clase de receptores de reconocimiento de patrones, y en 2016,
Igor Iatsenko ya demostró que PGRP-SD detecta
patógenos bacterianos extraños y pone el sistema inmunológico de la mosca en su
contra.
En el presente estudio, los científicos desactivaron el gen
de PGRP-SD, creando así moscas con interrupción del sistema inmune. Las moscas
mutantes demostraron tener vidas más cortas que las normales, y cuando los
investigadores las examinaron, descubrieron que también tenían un número
anormalmente alto de la bacteria intestinal 'Lactobacillus
plantarum', una especie generalizada de bacterias que
producen ácido láctico.
Interacción
metabólica entre las bacterias comensales y el huésped
Al analizar el impacto biológico de esto, los científicos
descubrieron que las bacterias también producían una cantidad excesiva de ácido
láctico, lo que, a su vez, desencadenó la generación de especies reactivas de
oxígeno, que causan daño a las células y contribuyen al envejecimiento de los
tejidos. En contraste, cuando los científicos aumentaron la producción de
PGRP-SD, encontraron que prevenía la disbiosis
comensal e incluso extendió la vida útil de las moscas.
"Aquí tenemos una interacción metabólica entre las
bacterias comensales y el huésped, dice Bruno Lemaitre. El ácido láctico, un
metabolito producido por la bacteria 'Lactobacillus plantarum', se incorpora y procesa en el intestino de la
mosca, con el efecto secundario de producir especies reactivas de oxígeno que
promueven el daño epitelial". Los científicos especulan que se están
produciendo mecanismos similares en el intestino de los mamíferos.
"Nuestro estudio identifica un miembro específico de la
microbiota y su
metabolito que puede influir en el envejecimiento en el organismo
huésped, dice Igor Iatsenko. Definitivamente, hay
muchos más ejemplos como este, y se necesita entender mejor las interacciones
metabólicas microbio-huésped durante el envejecimiento para desarrollar
estrategias contra las patologías asociadas con la edad".